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La futuro de las pensiones genera cierta incertidumbre. A pesar de que muchos expertos aseguran que la sostenibilidad de las pensiones está garantizada, existen ciertas dudas sobre si esta será suficiente para mantener el nivel de vida que teníamos cuando trabajábamos.

Es previsible que la pensión que reciba tu hijo cuando se jubile sea notablemente inferior a su último sueldo . Más o menos, la mitad. Es lo que técnicamente se llama tasa de sustitución : la pensión, que actualmente en España está en torno al 80 % del último sueldo, se pondrá a niveles europeos y será del 50 %, aproximadamente, si no inferior.

Por tanto, las pensiones seguramente serán sostenibles, aunque puede que no suficientes.

Un factor clave en esa posible « bajada» de sueldo tras la jubilación es la demografía. Las sociedades desarrolladas, como la española, viven desde la segunda mitad del siglo XX un cambio en los patrones demográficos que se caracteriza por un gran descenso de la fertilidad, combinado con un notable aumento de la longevidad. España es, después de Japón, el país del mundo con mayor esperanza de vida . Y las diferencias se están estrechando.

35%
Porcentaje de la población europea que supera los 60 años

Europa es un continente envejecido: más del 35 % de la población supera los 60 años . El resultado es que la edad media de los habitantes de la Unión Europea supera los 43 años. La esperanza de vida media en los países de la OCDE alcanzará los 88 años a mediados del siglo XXI .

Esto supone 5 años más de lo que se vivía cuando comenzó el siglo. En cambio, la tasa de fertilidad, que al inicio del siglo XXI era de 1,7 hijos por mujer, se situará en el mismo lapso de tiempo por debajo de 1,5, según las previsiones de la OCDE contenidas en el informe The Long View: Scenarios for the world economy for 2060.

La pirámide demográfica y el futuro de las pensiones en España

El llamado dividendo demográfico puede tener implicaciones muy serias. Por un lado, contaremos con una población envejecida mayor y con un creciente peso dentro de la población total , con el efecto que eso tiene sobre las necesidades de consumo. Por otro, se está produciendo ya una reducción del ratio de población que trabaja sobre la que consume, la denominada tasa de dependencia, lo que subraya la creciente evidencia de la pérdida de sostenibilidad de los sistemas de pensiones basados en esquemas de reparto, como el español.

En concreto, según las proyecciones de PopulationPyramid, la pirámide de población española se irá estrechando de forma progresiva hasta que, en 2050, el mayor porcentaje de la población se sitúe entre los 70 y los 74 años, cuando ahora se sitúa entre los 40 y los 49,

Esta situación provocará que haya menos trabajadores que sostengan a la población jubilada con sus contribuciones a la Seguridad Social (lo que se denomina ratio de dependencia), al tiempo que los pensionistas vivirán mucho más tiempo al cumplir los 65 años, que es la actual edad típica efectiva de la retirada del mercado laboral.

Este desequilibrio, que ya se está manifestando en muchas economías desarrolladas (como es el caso de España), se podría traducir en una progresiva insuficiencia de la pensión pública en comparación con el último sueldo recibido cuando la persona trabajaba.

A todo esto se suman las presiones sobre las cuentas públicas para mantener una cobertura sanitaria adecuada para una población cada vez más envejecida. La OCDE señala que la suma del gasto en pensiones y en salud (incluyendo los gastos de cuidados a largo plazo) representa en la actualidad entre un tercio y la mitad del gasto público total .

No es difícil pronosticar, por tanto, que el gasto sanitario de los mayores de 65 años represente una gran parte del total . Y que el aumento cada vez mayor de personas en ese grupo de edad tendrá un gran impacto en el gasto sanitario total de un país que, como España, tenga implantada una cobertura sanitaria universal. Este factor impactará también en el déficit público y en el volumen de la deuda pública de España, que ya son ahora muy elevados.

Por tanto, ningún sistema de pensiones está libre de reformas para garantizar el mejor cumplimiento de sus compromisos sin comprometer la sostenibilidad de las finanzas públicas o el crecimiento y la competitividad de la economía.

Aumento de la edad de jubilación

Otro efecto combinado de la demografía y de la mayor esperanza de vida es que quizá haya que trabajar más años, ya que se retrasará la edad de jubilación . También se fomentarán fórmulas para continuar en el mercado laboral tras la jubilación.

Esto requerirá, según la OCDE, el establecimiento de mayores incentivos fiscales al ahorro voluntario individual a medio y largo plazo destinado a complementar las pensiones públicas. Al mismo tiempo, algunos plantean que debería incentivarse la contratación de seguros de asistencia sanitaria, para reducir la presión que la mayor longevidad y las crecientes necesidades de dependencia trasladarán a la sanidad pública.

También se incentivará a las empresas para crear y gestionar planes de pensiones complementarios para sus trabajadores . El Estado, por su parte, deberá mantener un esquema básico de apoyo social, un mínimo solidario no contributivo de apoyo, especialmente a los estratos de trabajadores que no logren concluir una carrera laboral que permita el acceso a una pensión digna.

Otro aspecto importante es la necesidad de mecanismos para proteger a los jubilados de las pérdidas en su poder adquisitivo que provoque la inflación. Este hecho es fundamental, porque, al vivir mucho más tiempo, gran parte del consumo en una economía será protagonizado por la denominada tercera edad.

El futuro de las pensiones

La OCDE cree que aumentará la transferencia de renta dentro de la familia . Este mecanismo social clave se emplea de forma creciente para canalizar de forma sustitutiva los apoyos a la dependencia de las personas mayores. Es decir, cada vez hay más personas jubiladas que complementan su pensión gracias al apoyo económico de sus hermanos, hijos u otros familiares.

Esa transferencia de renta basada en el ahorro privado es considerada como el «mecanismo más eficiente y que menos distorsiona» y que «no entraña problemas de solidaridad intergeneracional», por lo que algunos piensan que debería ser promocionado por el Estado mediante instrumentos fiscales que incentiven el ahorro.

En cualquier caso, una persona debe plantearse ahorrar para complementar su pensión pública , que con el actual modelo de reparto será segura pero potencialmente escasa. En este sentido, conviene recordar que el número de años cotizados y la base de cotización son las dos principales medidas para el cálculo de la pensión de jubilación , pero no las únicas. Si eres madre, los hijos también cuentan a tu favor para determinar la pensión pública. Desde 2016, la Seguridad Social aplica un complemento por maternidad en las pensiones .

En definitiva, la pirámide demográfica que viene podría tener consecuencias serias para el futuro de las pensiones . Casi nadie duda que tendrá pensión, pero está por ver hasta qué punto será suficiente para mantener nuestro poder adquisitivo al jubilarnos.

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