Cuando invertimos en un fondo de inversión , en realidad lo estamos haciendo en todos los activos que forman
parte de su patrimonio, con todo lo que esto implica. Si un fondo invierte en deuda pública, seremos
acreedores de un estado; si lo hace en inmobiliario, seremos copropietarios de una o varias viviendas y si
lo hace en empresas, también seremos accionistas de las mismas.
En el caso de las empresas, como accionistas tenemos derecho a participar de sus beneficios a través de los
dividendos. Si una empresa reparte periódicamente dividendos entre sus accionistas, nosotros como
partícipes del fondo también recibiremos la parte del beneficio correspondiente a
nuestra participación en
la sociedad.
Sin embargo, quizá te estés preguntando qué ha pasado con tu fondo en los últimos años, ya que nunca has
recibido un abono con la parte que te corresponde por dividendos en tu cuenta. Pero tranquilo, no tienes por
qué preocuparte; tú también estás siendo partícipe de los beneficios de las empresas
en las que invierte el
fondo, aunque no de la manera tradicional. Y esto es positivo para tu inversión.
¿Qué hacen los fondos de inversión con los dividendos?
Con los dividendos, los fondos de inversión pueden hacer dos cosas: reinvertirlos en
el patrimonio del fondo
o distribuirlos en efectivo entre sus partícipes. En función de la estrategia que lleven a
cabo, estaremos
hablando de fondos de distribución, si pagan dividendos, o de acumulación, en caso de que los vayan
acumulando.
Qué son los fondos de distribución
Los fondos de inversión de distribución reparten dividendos entre sus partícipes en
efectivo. Su importe
dependerá de la estrategia de reparto del fondo, aunque suelen recibirse de forma periódica, ya sea anual,
trimestral, semestral, etc.
La principal ventaja de este tipo de fondos es que el partícipe recibe una renta
periódica en efectivo, en
función de cuándo se distribuyan los dividendos. Eso sí, al igual que las acciones o los depósitos,
tendremos que tributar por los dividendos obtenidos en el IRPF.
¿Cómo tributan los dividendos en un fondo de inversión de reparto?
Los dividendos e intereses recibidos por los fondos de inversión se integrarán en las rentas del ahorro como
rendimiento del capital mobiliario en el IRPF . En 2019, tributarán de la siguiente manera en función del
rendimiento obtenido:
Desde (€)
Hasta (€)
Tipo aplicable
0 €
6000 €
19 %
6000 €
50.000 €
21 %
50.000 €
En adelante
23 %
Qué son los fondos de acumulación
Los fondos de inversión de acumulación son aquellos que no reparten los dividendos entre sus partícipes en
efectivo, sino que se acumulan al patrimonio del fondo para comprar más
activos, aumentando de esta manera
su valor liquidativo.
A diferencia de los fondos de reparto, los dividendos reinvertidos disfrutan de una
exención fiscal, de
modo que no tendremos que tributar por ellos. Además, aprovecha mejor los efectos de la capitalización
compuesta, ya que el dividendo se reinvierte para aumentar el capital lo
que, a su vez, servirá para generar
un rendimiento mayor en el futuro.
¿Cómo saber si mi fondo es de acumulación o de reinversión?
La mayoría de fondos de inversión son de acumulación, de modo que si tienes un fondo en cartera, lo más
probable es que ya esté reinvirtiendo los dividendos.
Pero, ¿cómo puedo saber exactamente qué tipo de instrumento es? Hay algunos fondos, que en su propia
denominación lleva alguna seña distintiva que hace referencia a este
aspecto. Por ejemplo, algunos fondos de
acumulación suelen llevar al final del nombre «Acc» o «A», y algunos fondos de distribución «Dis», «D»,
«Inc» o «Income».
No obstante, para asegurarnos, lo más recomendable es consultar el folleto
informativo, donde encontraremos
toda la información que necesitamos, entre las cuales se encuentra la estrategia sobre los dividendos.
Cuánto más puedes ganar en tu fondo de inversión si reinvierte dividendos
Vamos a comparar dos fondos de inversión, uno de acumulación y otro de reparto. La rentabilidad anualizada
de ambos ha sido del 7 % a 15 años y, por simplificar, esta rentabilidad se ha
obtenido únicamente a través
de los dividendos.
La única diferencia es que el fondo de acumulación reinvierte este 7 %,
mientras que el fondo de reparto (o
de distribución) lo entrega a los partícipes. Imaginemos que invertimos
10.000 € en cada uno de los fondos y
al cabo de 15 años retiramos nuestra inversión. ¿Cuál será la diferencia? Mejor lo vemos con un
gráfico.
En el caso del fondo de distribución, el crecimiento es lineal, ya que el capital sobre el que se aplica esa
rentabilidad es siempre el mismo y, además, hay que descontar la tributación de los dividendos que se han
distribuido entre los partícipes. En cambio, en el caso del fondo de acumulación, el crecimiento es
exponencial, ya que los dividendos se capitalizan dentro del patrimonio del fondo; el
efecto será tanto
mayor cuanto más elevado sea el horizonte de la inversión.
La diferencia es más que significativa. Así, mientras con el fondo de distribución habremos obtenido un
total de 18.505 €, con el de acumulación, el capital total al cabo de esos 15 años será de 27.590 €. Una
diferencia de casi 9085 €.
Reparto o acumulación: ¿qué opción elegir?
Ambos tipos de fondos son compatibles entre sí, aunque cada uno de ellos depende del
horizonte temporal del
inversor y de sus necesidades de liquidez.
Los fondos de acumulación funcionan mejor en el largo plazo. Cuanto mayor sea el
horizonte temporal de que
dispongamos, mayor será el impacto del interés compuesto. Por eso, pueden ser interesantes
para personas
jóvenes que no tengan necesidades urgentes de liquidez y que puedan dejar madurar su inversión a largo
plazo.
Por su parte, los fondos de reparto pueden ser interesantes para personas que quieran
recibir ingresos
adicionales de forma recurrente, por ejemplo, en el caso de una persona jubilada o con la
jubilación
próxima.
En cualquier caso, la decisión última depende de cada persona y de sus necesidades e intereses particulares.