Una de las cosas más importantes que tendrás que hacer como inversor es elegir
la composición de tu
cartera de inversión. En otras palabras: decidir dónde inviertes tu
dinero. Esto es lo que se denomina
como asset allocation, y la correlación entre activos es una parte fundamental de
ello.
Qué es la correlación
La correlación es un término estadístico. Se refiere a la relación lineal que existe
entre dos o más
variantes. En el ámbito de la inversión, cuando dos mercados están muy correlacionados de
forma positiva,
su comportamiento tiende a ser similar ante los mismos estímulos.
La correlación puede aplicarse sobre cualquier activo y afecta tanto a
acciones como a fondos de inversión,
e incluso a índices enteros. Por eso es tan importante tenerla en cuenta al diseñar el asset allocation de
tu cartera de inversión.
La correlación entre dos activos puede ser negativa o positiva. Como
acabamos de ver, si es positiva, los
dos se comportarán de forma similar y si es negativa, lo harán de forma diametralmente
opuesta. Así, en el
primer caso, si el precio de uno de los dos activos sube, el otro también lo hará, al menos de forma
previsible; en el segundo caso, si uno sube, el otro bajará, y viceversa.
¿Para qué sirve la correlación en finanzas?
La correlación es una de las medidas que debes valorar al estudiar la composición de
tu cartera. De hecho,
es una forma de asegurar una buena diversificación de tus inversiones.
En este sentido, una cartera con activos muy poco correlacionados o correlacionados de
forma negativa será
menos volátil que otra con correlaciones positivas. El motivo es que cuando una parte de
ellos caiga, los
otros subirán o al menos mantendrán su valor.
La contrapartida es que tampoco maximizarás la rentabilidad, ya que cuando una parte de tu cartera esté
subiendo, la otra no lo hará. Al final, tus activos nunca van a incrementar su valor todos a la vez.
A cambio, eso sí, tu inversión será más segura, entendida la seguridad como una menor posibilidad de sufrir
pérdidas. Teniendo en cuenta que odiamos perder mucho más de lo que nos gusta ganar, este termina siendo el
principal leimotiv de buena parte de los inversores y lo que guía la asignación de activos en
su cartera.
¿Qué tipos de correlación hay?
Hay tres clases de correlación en estadística aplicables, en este caso, a las inversiones financieras:
positiva, negativa y nula.
Correlación positiva
En una correlación positiva, las dos variables de una función -en este ejemplo, dos activos de inversión-
tienden a comportarse de la misma forma una respecto a la otra: si una
crece, la otra lo hará en una medida
similar; si decrece, su par también disminuirá.
Correlación negativa
En este caso, las dos variables a comparar actúan de manera opuesta: cuando
una aumenta, la otra disminuye y
viceversa.
Correlación nula
La correlación nula se da cuando los dos activos no guardan ninguna
dependencia ni relación entre sí.
¿Cómo se calcula la correlación entre dos activos y en toda tu cartera?
La forma más rápida de ver la correlación entre dos activos es enfrentar su evolución a lo largo del tiempo.
Un simple vistazo a un gráfico te permitirá ver esas diferencias en su comportamiento y lo que hacen en cada
momento.
Si prefieres hacerlo de forma más completa, puedes utilizar la clásica hoja de
Excel. Para calcular la
correlación entre activos necesitarás las rentabilidades históricas de los activos o fondos de inversión de
tu cartera. Con ellos, bastará con utilizar la fórmula de COEF.DE.CORREL.
que hará los cálculos con el
coeficiente de correlación de Pearson, una fórmula estadística que mide la relación entre dos variables, en
este caso, entre dos activos.
El coeficiente de correlación de Pearson oscila entre el 1 y el -1. Para
una buena diversificación de la
cartera es necesario buscar una correlación negativa de los activos. Así,
todo resultado que esté por
debajo del cero será idóneo.
También estará suficientemente diversificada una cartera cuya correlación no supere el
0,5. Pero por encima
de esa cifra, el grado de diversificación entre los activos será menor y quizás debas incluir algún fondo
con un perfil diferente a los que tengas contratados.
Ejemplos de correlación positiva y correlación negativa
Renta fija y renta variable
El ejemplo más clásico de correlación negativa se da entre renta fija y renta variable. Normalmente cuando
la bolsa sube, los bonos bajan y viceversa, un fenómeno que está también relacionado con otras variables
como los tipos de interés. En este sentido, cuando los tipos son bajos, el rendimiento de los bonos es
limitado y el dinero termina en la renta variable buscando un rendimiento adecuado.
El oro y el dólar
Algo parecido sucede con el oro , que normalmente se ha considerado como activo
refugio, y suele usarse para diversificar fondos con un alto porcentaje de renta variable,
como el Fondo Cartera NARANJA 90 , que tiene un 10% de oro en su composición. Y es que cuando el dinero huye
de la bolsa, este patrón es uno de los primeros activos en recibirlo, y por tanto su correlación es
negativa. Por ello, una de las correlaciones más conocidas en los mercados
financieros tiene al oro y el
dólar como protagonistas: cuando la cotización de esta divisa sube, la del oro baja.
El petróleo y el dólar
Es una de las correlaciones negativas que históricamente ha tenido lugar, aunque cada
vez se da con menos
intensidad. La relación entre divisas y materias primas suele ser inversa, especialmente en
el caso de
estas dos variables, porque el petróleo se comercializa en dólares. Por tanto, cuando esta moneda pierde
valor, suele aumentar el precio de este combustible fósil.
Ejemplos de correlaciones positivas
Pero también hay muestras bastante claras en los mercados de correlaciones positivas, como la que existe
entre la bolsa estadounidense y los principales parqués europeos. Y es que cuando el mercado
norteamericano
sube o baja, arrastra al resto de plazas del mundo, especialmente las del viejo continente.
Otro ejemplo de correlación positiva se da en España: cuando suben los bancos, lo suele hacer todo el IBEX
35, porque la correlación entre el selectivo nacional y ese sector es muy alta, entre otras cosas por
el
gran peso que tienen las grandes entidades bancarias dentro de este índice.
¿Cómo diversificar mi cartera para reducir la correlación?
Al final, la correlación global de la cartera dependerá de la que se dé entre cada uno de los activos que la
compongan. Si tienes muchos fondos, pero son todos de renta fija, es fácil que la
correlación entre ellos
sea positiva y eso se traslade a tu cartera. Por eso mismo, para evitar este fenómeno, se
suele combinar
renta fija y variable.
Por ejemplo, el Fondo Cartera NARANJA 50/50 combina un 50% de renta variable con un 50% de renta fija, que
tienen una correlación negativa, manteniendo así una cartera diversificada.