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El paladio ya es el metal más caro: ¿es una alternativa al oro como valor refugio?
Hasta ahora, el oro había sido considerado como el valor refugio por excelencia. Sin embargo, su trono está cada vez más en entredicho. Desde hace un tiempo, algunos metales están más presentes en las carteras de los inversores. Entre ellos destaca el paladio, cuya escalada de precios le ha coronado como el metal más caro.

El paladio está considerado como uno de los principales metales preciosos junto con el oro, el platino y la plata. Tiene unas propiedades particulares que le hacen ser muy útil en algunas industrias, como la automovilística, la electrónica e incluso la nuclear. Por eso, quién sabe si en un futuro podría llegar a ser considerado el próximo activo refugio.
¿Por qué el paladio es más caro que el oro? El 25 de octubre de 2019, el paladio marcó un nuevo máximo histórico al registrar un precio de 1778 $ la onza. Sin embargo, en enero de 2018 ya se había convertido en el metal más caro de la Tierra superando al oro, algo que no ocurría desde el año 2002.

Y parece que el rally todavía no está terminando, ya que según analistas del Bank of America, la onza de este metal podría llegar los 1800 $ antes de finalizar este año, e incluso podría superar la barrera psicológica de los 2000 $.

Las causas que explican esta subida son variadas, pero tienen que ver con sus propiedades fisicoquímicas, con su escasez y con su coste de extracción.
Una demanda cada vez mayor El paladio es un metal cada vez más demandado en la industria automovilística, ya que se utiliza para fabricar los catalizadores de los coches de gasolina y diésel, la pieza responsable de controlar las emisiones de gases a la atmósfera. Esta propiedad tan particular, en un sector donde las normativas en materia de emisiones son cada vez más estrictas, ha hecho que su demanda se haya disparado.

Además, se utiliza para la fabricación de condensadores y otros componentes de nuestros dispositivos electrónicos, cuya demanda es también bastante elevada.
Un material muy escaso en la naturaleza La escalada en el precio del paladio está también relacionada con su escasa oferta. Se puede decir que es un material raro en la naturaleza. La mayor parte de la producción del paladio a nivel mundial se encuentra en unos pocos países: Sudáfrica, Rusia, Estados Unidos, Canadá, Etiopía y Austria. De todos ellos, Rusia y Sudáfrica son los principales productores, ya que concentran en torno al 90 % de la extracción del paladio mundial. Un material caro de extraer Para poder obtener una pequeña cantidad de paladio es necesario procesar cantidades enormes de minerales, sobre todo de níquel, lo que hace que su extracción sea muy costosa.

Además, no hay perspectivas a corto plazo de que este problema se vaya a solucionar a través de nuevas tecnologías, por lo que se espera que el coste de extracción de paladio continúe siendo elevado en los próximos años.
Consecuencias del aumento del precio del paladio Las consecuencias directas del aumento en la cotización del paladio son evidentes: el coste de producción de las industrias que lo utilizan como materia prima se encarece, lo que repercute en el precio del producto final. Esta circunstancia es especialmente significativa en la industria automovilística, que en la actualidad utiliza el 65 % del paladio extraído a nivel mundial.

Ante esta situación, muchas marcas se han planteado la posibilidad de sustituir el paladio por otros metales más baratos. Sin embargo, en recientes declaraciones a la BBC, Marcus Garvey, analista del sector metalúrgico del ICBC Standard Bank, aseguró que la maquinaria actual de la industria automovilística no admite otro material distinto al paladio.

“La industria del automóvil no admite otro material diferente del paladio. Y si bien puede adaptarse a otros metales, esto llevaría por lo menos dos o tres años.” Marcus Garvey ¿Hay burbuja en el precio del paladio? Alta demanda, oferta estable y extracción muy costosa. La conjunción estos tres factores han hecho que el paladio haya alcanzado nuevos máximos históricos. Y como cada vez que ocurre un evento de este tipo en alguno de los activos cotizados, surge la duda de si se trata de una burbuja o no.

Según algunos analistas, ya se puede decir que el paladio se encuentra en la fase de burbuja. Pero mientras no cambien las condiciones de la oferta o de la demanda, se espera que el precio del metal siga creciendo.

No obstante, el futuro es bastante optimista en cuanto a la demanda de este metal. El número de vehículos que montarán catalizadores con paladio crecerá desde los casi 76 millones de la actualidad a cerca de 90 millones en 2025, según las previsiones del banco suizo Julius Baer. Y la demanda de paladio para la fabricación de vehículos híbridos se ha triplicado en solo tres años.

Sin embargo, hay factores que pueden provocar la caída en la demanda del paladio en el medio y largo plazo, como el cambio en las preferencias de los consumidores. Se espera que el crecimiento de las ventas de coches se produzcan a través del vehículo eléctrico, que no tiene catalizadores. A ello hay que sumarle que una nueva recesión global tendrá consecuencias sobre las ventas de coches, que son los primeros bienes que sufren el impacto de las crisis económicas debido a su elástica demanda.
¿Podrá el paladio desbancar al oro como valor refugio? Para que un activo sea considerado refugio es necesario que su valor sea estable en el tiempo; y, ahora mismo, a pesar de que los incrementos de cotización del paladio son notables, en realidad son fluctuantes e irregulares. Por eso, la mayoría de analistas coinciden en que es poco probable que el paladio sustituya al oro como principal activo refugio. La caída en el precio del paladio en 2001 fue del 80 % Además, los inversores están alerta con este metal. Sirva como referencia la caída que sufrió en 2001, cuando su precio descendió más de un 80 % desde máximos. En aquel momento, el tope lo alcanzó tras una decisión política que prohibió las exportaciones del material, y su posterior caída se produjo como consecuencia de una crisis financiera que anticipaba una fuerte recesión en las economías desarrolladas, y por tanto un parón en la venta de automóviles. De hecho, no fue hasta la primera mitad de 2008 cuando consiguió recuperar la mitad de su valor.

En definitiva, se trata de un metal con una producción y demanda muy localizadas, cuyo valor depende de pocos factores. Cualquier cambio en las condiciones de alguno de ellos puede tener un impacto bastante significativo en el precio del paladio. Esto es precisamente lo que le diferencia del oro, cuyo valor no está tan condicionado por factores tan específicos.

Es por ello que, con todo, el oro continúa siendo el metal que está más presente en las carteras de fondos de inversión de inversores minoritarios. El Fondo Cartera NARANJA 90, por ejemplo, tiene una exposición al oro de un 10 %, y el resto de la cartera invierte en renta variable.
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