La jerga bursátil muchas veces supone un verdadero reto para los que se
inician en el mundo de la inversión, sobre todo si no tienen conocimientos de inglés, pues la mayoría de los
términos bursátiles son
anglicismos, por ser el lenguaje mundial de las finanzas.
Uno de ellos es el scrip dividend, un concepto que toma protagonismo sobre
todo en temporada de resultados
empresariales -como la que acabamos de terminar-, ya que es una forma de retribuir a
los accionistas que
muchas firmas utilizan. Pero, ¿en qué consiste realmente y cómo puede afectar al pequeño
inversor?
Scrip dividend, o dividendo en acciones
El scrip dividend es el pago del dividendo -esa retribución periódica que
la empresa hace habitualmente a
sus accionistas en modo de pago por su confianza y por la buena marcha del negocio -en
forma de acciones de
la compañía. Es decir, la empresa retribuye a sus accionistas con
acciones nuevas de forma gratuita. Es una
fórmula alternativa al tradicional pago en especie o metálico.
Para realizar este pago hay dos vías: ampliar capital para dar esas nuevas acciones en
proporción al capital
que tenía cada inversor o utilizar la autocartera, es decir, que la
empresa coja acciones que tiene
guardadas para realizar este pago.
¿Por qué las empresas recurren a este método?
A las empresas, el scrip dividend les supone menos esfuerzo financiero que el pago
monetario. Además, si se
aumenta capital mejora la capitalización -valor bursátil- de la compañía.
No está libre de polémicas, pues
muchos economistas y expertos han señalado que esto no es un pago, sino que se trata
de un recurso por parte
de una empresa para financiarse mediante la captación de recursos de sus accionistas o
captando a otros
nuevos.
Normalmente, este método se emplea en épocas de crisis, como se vio en
España hace poco, ya que muchas
compañías no tienen una situación de caja muy boyante. Muchas veces, lo que las compañías hacen es dar la
posibilidad al inversor de elegir un tipo de pago u otro, por ello conviene saber las
ventajas e
inconvenientes del scrip dividend para un accionista minoritario.
Pros y contras
El pago del dividendo en acciones tiene ventajas y desventajas para el pequeño inversor, que conviene
conocer antes de decantarse por cobrarlo de esta forma o en especie. La principal ventaja para estos es que,
a la hora de tributar por este pago, no consta como ingreso en la base del IRPF -como
sí ocurre con el
dividendo en metálico-, de modo que no está sometido a retención fiscal y se aplaza la
tributación hasta el
momento en que se vendan las acciones.
Por otro lado, esta técnica permite a los pequeños inversores ampliar su participación
en el capital de una
compañía sin desembolsar un euro, ya que son acciones que se reciben de forma gratuita.
Ahora bien, el scrip dividend también conlleva una serie de inconvenientes, pues muchas veces tira del
precio de la acción hacia abajo, lo que supone que nuestras acciones valen menos. Por ello,
en este caso los
expertos recomiendan recibir las nuevas acciones y venderlas de inmediato, para así sacar el máximo
rendimiento posible antes de que se caiga más el precio.
De este modo, este método de retribución viene bien cuando no se quiere tributar por el dividendo, ya que no
exige carga fiscal. Pero el inversor debe saber que el mercado puede reaccionar a la baja ante una operación
de este tipo.