La guerra de Ucrania, el COVID-19, el Brexit o la aparición de Internet. Aunque aparentemente estos
eventos no guardan ningún tipo de relación, lo cierto es que sí tienen algo en común. Todos ellos son cisnes
negros, acontecimientos singulares, inesperados y con un enorme impacto sobre la economía y
la política
nacional e, incluso, global.
En los últimos años, los cisnes negros han sido motivo de preocupación por parte de
los analistas
económicos, por su impacto en todo el mundo y sus posibles efectos negativos en los mercados
financieros.
Qué es un cisne negro en economía
La economía es sin duda la rama de conocimiento donde la teoría del cisne negro tiene más implicaciones. De
hecho, todos los eventos considerados como cisnes negros han provocado un cambio en
las preferencias de los
inversores a corto plazo y, por tanto, de la evolución de los mercados.
En el libro El cisne negro: el impacto de lo altamente improbable, Nassim Nicholas Taleb explica por qué
los acontecimientos que son altamente improbables para los expertos pueden tener lugar y ocasionar
consecuencias devastadoras para las bolsas.
Ante eventos de este tipo, los inversores no suelen estar protegidos, lo
que ocasiona un pánico irracional
cuando se produce el acontecimiento.
¿En qué consiste la teoría del cisne negro?
La teoría del cisne negro es una metáfora que describe un suceso inesperado
y de gran impacto.
Fue desarrollada por el filósofo e investigador libanés Nassim Nicholas Taleb en 2008, aunque su origen se
remonta al siglo XVII. En aquella época, los primeros exploradores europeos que llegaron a Australia
se
encontraron una especie de cisnes de color negro en el país oceánico. Hasta ese momento, se
creía que todos
estos animales eran de color blanco, y este descubrimiento inesperado cambió por completo la percepción que
existía por aquel entonces.
Este hecho le sirvió a Taleb para defender que todos los análisis económicos, que se basan en evaluar el
pasado (o lo conocido) para predecir el futuro, se verán refutados en algún momento
por un cisne negro.
¿Cuándo se considera un evento como ‘cisne negro’?
Para que un evento tenga esta consideración se tienen que reunir tres
requisitos, principalmente:
Que sea altamente improbable, es decir, que no exista
evidencia de que vaya a suceder.
Que tenga un elevado impacto, ya que afectan de manera
importante a la sociedad en general.
Una vez que sucede, tiende a explicarse mediante razonamientos lógicos, de forma que
pudiera parecer que el acontecimiento iba a pasar irremediablemente. Es decir: es predictible una
vez ocurre.
Los principales cisnes negros de los últimos años
La guerra de Ucrania
La inesperada invasión de Rusia a Ucrania el 24 de febrero de 2022 es el último y aún vigente cisne negro
más claro para las economías de todo el mundo. Sus consecuencias son
evidentes y amplias: desde tensión en
la cadena de suministros básicos hasta el aumento de la inflación, por no hablar de las implicaciones en el
mercado del gas natural debido a que Rusia es uno de los principales exportadores. En los mercados, las
bolsas cayeron en los primeros días del ataque, subió la prima de riesgo, aumentó la volatilidad y los
inversores se resguardaron en valores refugio.
El COVID-19
Dos de los tres puntos indispensables para considerar la pandemia de coronavirus como cisne negro se
cumplen, si no los tres: ha tenido -y aún tiene- un impacto elevadísimo en todo el
planeta; y no existía
evidencia de que pudiera ocurrir o fue inesperado. También se puede considerar como requisito cumplido los
avisos de virólogos de todo el mundo durante los últimos años, en los que señalaban que un evento así estaba
cerca de tener lugar (predictible a posteriori).
En cualquier caso, las consecuencias de esta crisis global han sido las más importantes desde la Segunda
Guerra Mundial: un 3,4% de decrecimiento de la economía de todo el planeta en 2020, según datos del Banco
Mundial; así como parones productivos derivados de las restricciones de movilidad, empresas que han tenido
que echar el cierre, sectores muy afectados como el turismo y la hostelería, la automoción o el de los
componentes electrónicos; subida del desempleo…
El ‘Brexit’
La salida del Reino Unido de la Unión Europea ha sido uno de los eventos recientes con mayor impacto que se
recuerdan. Nadie anticipó una victoria del ‘sí’ los días anteriores a la celebración del referéndum, y quizá
por eso los mercados no estaban preparados.
El resultado fue el ya conocido por todos: el mayor desplome de las bolsas en un día
de toda la historia (23
de junio de 2016), con caídas que en muchos casos llegaron a ser de más del 20 %, y una depreciación de la
libra del 12 %. Aunque más tarde se recuperaron, el pánico provocado por este cisne negro hizo que muchos
inversores perdiesen buena parte de su capital.
Los atentados de las Torres Gemelas
El 11 de septiembre de 2001 el mundo entero miró a Estados Unidos. A primera hora de la mañana, dos aviones
comerciales se estrellaban contra las Torres Gemelas de Nueva York, otro contra el Pentágono y un cuarto
acabó estrellándose en Pensilvania, siendo el mayor atentado de la historia contra ese país.
Casi 3000 personas fallecían como consecuencia del ataque y las pérdidas económicas se valoraron en unos
6700 millones de dólares. Sin embargo, a pesar del impacto social y económico, los
mercados no sufrieron en
exceso. En la mayoría de casos, las empresas continuaron su actividad sin apenas incidentes
en las horas
siguientes, demostrando que su plan de emergencia había salido casi a la perfección.
Tendencias y cisnes negros para inversores en 2022
Los expertos financieros suelen incluir sus particulares ‘cisnes negros’ dentro de sus previsiones para el
año siguiente con el objetivo de demostrar que hasta las situaciones más inverosímiles son posibles. Así,
invitan al inversor a cubrirse ante estos acontecimientos de acuerdo al
plan individual y el perfil de cada inversor.
Dicho esto, estos fueron algunos cisnes negros previstos para 2022 por parte de Saxo Bank:
Facebook tropieza al querer frenar el éxodo de los jóvenes y no los
atraiga hacia el metaverso.
La inflación en Estados Unidos se desboca hasta el 15 % en
una espiral de alzas de salarios y precios.
La estrategia europea de clima, energía y defensa se financia con bonos ligados a aportaciones a pensiones privadas.
El llamado patriarcado corporativo se ve amenazado en los
mercados por la defensa de la
igualdad y grupos de inversoras coordinados para devaluar las empresas que no respeten la igualdad
de género;
La tecnología blockchain desmantela las plataformas de
streaming.
La tecnología hipersónica impulsa la carrera espacial y provoca una nueva Guerra Fría.
Una combinación de tratamientos permite alargar la vida
humana.
Como se puede observar, entre estas predicciones no estaba la invasión rusa a
Ucrania.
Por otro lado, evidentemente son previsiones totalmente inesperadas (por eso son cisnes negros), pero que
tendrían un enorme impacto en los mercados financieros. Por ponerlos en perspectiva, en 2019, ninguna de las
diez previsiones de cisne negro que realizó Saxo Bank se cumplió.
En cualquier caso, conviene ser prudentes ante eventos de este tipo. A
pesar del pánico que suele llevar
aparejado un acontecimiento de estas características, los mercados tienden a la
media. Por eso, conviene que
los cisnes negros no nos desvíen de nuestro objetivo a largo plazo.