La importancia del interés compuesto para tus ahorros
"La clave no es cuánto dinero ganas, sino cuánto dinero mantienes y cómo trabaja ese dinero para ti" – Robert Kiyosaki, autor de "Padre rico, padre pobre" Si preguntas entre tus amigos cómo de fácil es ahorrar dinero, probablemente haya unanimidad: ahorrar no es fácil. Sin embargo, hay gente que lo consigue, y no llevan una vida tan distinta. Pero saben que hay que aprender a controlar los gastos y los ingresos, para que no se les vaya de las manos. Además de tener un presupuesto para mantener las compras dentro de lo razonable, podemos recurrir a uno o varios de las muchas estrategias que existen para ahorrar dinero. Pero lo realmente importante es empezar a ahorrar cuanto antes. Porque es con el paso del tiempo cuando el interés compuesto se convierte en algo relevante. ¿Qué es el interés compuesto?
Cuando nuestros ahorros están generando intereses (ya sea porque están en una cuenta o en un depósito), y esos intereses los incluyes en la cantidad inicial para que a su vez generen nuevos intereses , estás componiendo intereses: los intereses generados son cada vez mayores, porque el dinero que recibes empieza a trabajar para ti inmediatamente.

En el corto plazo, una cuenta de ahorro que paga intereses genera lo que se llama interés simple . Del dinero metido inicialmente, genera un interés determinado. Pero una vez recibidos esos intereses, el dinero que genera rentabilidad en el siguiente período es algo mayor, porque incluye los intereses recibidos al principio. Y esto es lo que en términos matemáticos se llama componer los interes
De esta forma, si conseguimos ahorrar 1.000 euros, que nos dan un 10%; de rentabilidad anual (100 euros), al acabar primer año tendremos 1.100 euros, pero al acabar el segundo tendremos 1.210 euros. Es decir, los 100 euros que genera cada año el dinero inicial, más 10% que son "gratis". Esos 10 euros son el resultado de dejar que los 100 euros de rentabilidad del primer año se pongan a trabajar para nosotros, sin que nosotros tengamos que hacer el esfuerzo de ahorrar más dinero.

Por lo tanto, el que entiende y aplica el interés compuesto consigue que:

El dinero que está generando intereses sea cada vez mayor. Los intereses que recibe cada vez sean mayores.
Ejemplo práctico de interés compuesto
Para entender bien el efecto del interés compuesto vamos a asumir un período de tiempo largo en el que no se tocan los ahorros, desde la juventud hasta la jubilación, y una rentabilidad garantizada del 10%, que es muy difícil que un producto de ahorro o de inversión lo ofrezca.

Imaginemos a Pedro y María, que son dos hermanos que se comprometieron a ahorrar 2.000 euros al año . Pedro comenzó a los 19 años, pero no supo perseverar, y lo dejó a los 27. María comenzó a los 27 y se mantuvo constante cada año. Asumimos que ambos consiguieron una rentabilidad anual del 10 % desde que comenzaron a poner sus ahorros a trabajar, y que aguantaron hasta los 65 años sin tocar el dinero.

¿Y cómo llegan a los 65 años? Contra lo que podría parecer intuitivo, a los 65 años tiene más dinero el que menos ha ahorrado , es decir, Pedro. ¿Sabes por qué? Pues porque empezó antes… y porque, aunque dejó de ahorrar a los 27 años, mantuvo el dinero generando rentabilidad, por lo que éste siguió creciendo. El largo plazo es clave para que tu dinero trabaje por ti.
Pedro María Con 20 años 2.000 € 0 € Con 30 años 32.862 € 6.620 € Con 40 años 85.236 € 49.045 € Con 50 años 221.081 € 159.086 € Con 60 años 573.428 € 444.503 € Con 65 años 923.512 € 728.087 € Las claves del interés compuesto A partir del ejemplo podemos sacar 3 conclusiones o claves:

La importancia de la rentabilidad. Ahorrar es fundamental, hay que empezar por acumular dinero poco a poco y ser constante. Pero sólo ahorrando no conseguiremos demasiado . Ese es, probablemente, el gran error de muchos españoles, que sólo guardan el dinero, pero no buscan que dé fruto, que genere rentabilidad.
Y sin rentabilidad, no hay interés compuesto (ni simple), la inflación se irá comiendo nuestro poder de compra.
La importancia del tiempo. Como ha quedado patente en el ejemplo, el que empezó antes consiguió llegar a una cifra mayor con 65 años. La clave es que empezó a ahorrar y a poner el dinero a trabajar mucho antes. El tiempo juega a nuestro favor , por eso es importante empezar cuanto antes. Y por eso cada vez más padres le abren una cuenta a sus hijos en la que meten algo de dinero cada año que vaya generando algo de rentabilidad. Además de regalar a sus hijos un buen punto de partida para cuando sean mayores, aprovechan para ir enseñándoles los frutos, en la práctica, del ahorro y la paciencia.
Está a nuestro alcance. No necesitamos empezar con una cantidad muy alta. Cada persona tiene una capacidad de ahorro, que dependerá de sus ingresos y gastos, de sus necesidades… pero todos podemos conseguirlo si empezamos con constancia y buscamos que el dinero nos genere rentabilidad. Porque la rentabilidad que podamos conseguir no está en nuestra mano, pero el empezar pronto, sí. Y el tiempo hace que la rentabilidad se acumule (que funcione el interés compuesto).
Errores comunes al ahorrar con interés compuesto
Ya tenemos claro el efecto exponencial del interés compuesto, vamos a entender las trampas en las que podemos caer por el camino:
Perder la constancia
Quizá el más habitual es que perdamos la constancia. Que dejemos de ahorrar un poco cada año, o que saquemos el dinero y deje de generar intereses, interrumpiendo la “magia” del interés compuesto. O incluso que saquemos los intereses generados en el año, como si fueran un pequeño sueldo extra.

Para combatir esta trampa, lo mejor es seguir alguna de las estrategias de ahorro que suelen tener éxito, como fijar una orden automáticaque transfiera el dinero desde la cuenta donde cobramos el sueldo a una en la que ese dinero esté apartado y “trabajando”.

Aunque en el ejemplo de Pedro y María “gana” el que dejó de ahorrar con 27 años, si en vez de un 10% de interés anual, ganaran un 2%, María adelantaría a Pedro con 38 años. Y el 2% es bastante más realista.
El efecto de la inflación
Algunos pensarán que es difícil encontrar un destino para conseguir rentabilidad, que mejor ahorrar dinero en la cuenta corriente, aunque le paguen un 0%. Porque al menos así “no pierden”. El problema es que se olvidan de la inflación.

La inflación no se ve en nuestros ahorros -10.000 euros seguirán siendo 10.000 euros dentro de 20 años-, pero perdemos poder de compra, es decir, vamos a poder comprar menos cosas con ese mismo dinero. Por ejemplo, si tenemos 100.000 euros en una cuenta al 0% y hay un 2% de inflación constante (el objetivo oficial del Banco Central Europeo), en 20 años sólo tendremos el poder de compra de 67.300 euros.
Pensar sólo en ahorro y no en inversión
Si el objetivo del Banco Central europeo es que la inflación ronde el 2% anual, para conseguir ganar algo de dinero real, hay que conseguir una rentabilidad por encima del 2% anual. Y eso no es fácil usando sólo cuentas de ahorro y depósitos.

El objetivo de conseguir más de un 2% hace que muchos piensen en que hace falta invertir el dinero. Merece la pena dedicar tiempo a aprender sobre cómo se puede invertir el dinero según nuestra forma de ser y nuestra situación económica, y cómo hacer seguimiento después a nuestras inversiones.
La mentalidad para salir de éstas las trampas Para esquivar con éxito los obstáculos que se nos presenten necesitamos tres características: paciencia, constancia, y vista puesta en el largo plazo. Son cosas al alcance de cualquiera con cierto dominio de sí, y que ayudarán a ir asfaltando el camino hacia una mayor libertad financiera para cada familia.
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