Pagar con el móvil es un gesto cada vez más habitual en el día a día.
Así lo confirman los datos: según el Informe Mobile 2021- España y Mundo de Ditrendia, 28,26 millones de españoles ya pagan desde su smartphone.
Sin embargo, aún hay mucha gente que no ve el móvil como medio de pago, pues son muchas las preguntas que
les despierta: ¿Es seguro? ¿Necesito un móvil nuevo? ¿Es cómodo? ¿Es difícil de configurar?
A continuación, vamos a dar respuesta a todas tus preguntas sobre el pago
móvil.
¿Es cómodo pagar con el móvil?
El teléfono móvil es algo que siempre tienes cerca. Incluso es probable que a la hora de pagar lo lleves ya
en la mano, y lo tengas que guardar para poder sacar la cartera.
Así que, si pagas con el móvil, te ahorras ese movimiento. Y el proceso es casi
idéntico a pagar con una tarjeta contactless.
Con iPhone: si tienes Face ID, haz doble clic en el botón
lateral, autentícate o ingresa tu código
para abrir ‘Cartera de Apple’. Si, en cambio, tienes Touch ID, toca dos veces el botón de inicio.
Después, en ambos casos, acerca la parte superior del teléfono al lector y retíralo cuando veas la
marca de verificación en tu pantalla.
Con dispositivos Android, simplemente desbloquea la
pantalla y acerca el teléfono al lector.
Además, tienes la tranquilidad de que puedes hacer abonos en situaciones en las que
tal vez no llevas tu cartera encima, pero sí tu móvil, como cuando sales a correr.
¿Es seguro pagar con el móvil?
La respuesta corta: sí. La respuesta larga: sí, y además añade una mayor
protección.
Con Apple Pay, dependiendo del modelo, debes verificar la
transacción con un código, Touch ID (reconocimiento de huella dactilar) o Face ID (reconocimiento
facial).
Con Google Pay, la aplicación utiliza un número cifrado en
lugar del número de tarjeta real para que la información de la tarjeta esté segura. Todo ello a
través de varias capas de seguridad que protegen los datos en el momento del pago.
A esa seguridad extra se debe añadir el hecho de que es mucho más fácil darse cuenta de que has perdido el
móvil que la cartera, que puede estar en el bolso o la mochila.
Además, al pagar con el móvil también minimizas el uso del pin en público y el número de veces que necesitas
sacar la cartera; incluso te la puedes dejar en casa en muchas ocasiones. En España se te solicitará el
código de tu tarjeta de crédito o débito a partir de los 50 euros de compra, cuando acumules 150 en
diferentes gastos o cuando realices cinco operaciones seguidas.
¿Cómo funcionan los pagos móviles?
¿Necesito un móvil nuevo?
Probablemente no. El único requisito para poder pagar con el smartphone es que este cuente con tecnología NFC (Near Field Communication o comunicaciones de campo
cercano). Esto es lo que le permite comunicarse con el terminal punto de venta de la tienda de manera
inalámbrica.
La inmensa mayoría de los teléfonos más recientes de gama media y alta ya incluyen esta tecnología, e
incluso también algunos de gama baja. Si no sabes si tu dispositivo la tiene, puedes buscarlo en este
listado de móviles con NFC.
¿Es fácil de configurar el pago con el móvil?
Facilísimo. Aunque el método difiere un poco si tienes un iPhone o un terminal Android.
iPhone: entra en Cartera y pulsa +. Después, entra en
‘Tarjeta de crédito o débito’, pulsa Continuar y añade los datos.
Android: descarga la app Google Pay y ábrela. En el menú
superior izquierdo selecciona ‘Métodos de pago’ y, después, elige ‘Habilitar pagos contactless‘. A
continuación deberás seguir las instrucciones para verificar tus transacciones.
Por último, es importante asegurarse de que el NFC está activado, lo cual
se puede hacer desde los ajustes del teléfono. Aunque varía según el smartphone, normalmente se encuentra en
la sección donde está el resto de elementos de conectividad, como el wifi y el Bluetooth.
¿Puedo pagar con el móvil en todas partes?
Puedes pagar en todos los comercios con los símbolos contactless, Apple Pay o Google Pay. En este sentido,
cada vez son menos los negocios que imponen un pago mínimo con tarjeta, lo que hace más sencillo hacer las
pequeñas compras con el móvil: desde una barra de pan en la panadería o un café en el bar.
Una clara tendencia al alza que no hace sino reforzar el hecho de que los pagos
móviles son el futuro. Al menos el futuro más cercano. Más tarde, con el tiempo, es más que
probable que los wearables, como los relojes inteligentes y las pulseras de actividad, sean la forma más
habitual de pagar.