Por equivocación, por despiste o porque pensabas que no estabas obligado. Hay muchos motivos por los que puede que no presentes la renta, pero, ¿qué pasa si no hago la declaración de la renta?
No presentar el IRPF cuando estabas obligado tiene sus consecuencias, así que es importante conocerlas y saber cómo actuar.
Qué ocurre si no presento la declaración de la renta
En primer lugar, la Agencia Tributaria puede multarte y/o sancionarte, según sea el caso, por no presentar el IRPF si estabas obligado a hacerlo.
En segundo lugar, tendrás que presentar la declaración de la renta que no entregaste en su momento y, en caso de hacerlo con más de un año de retraso, afrontar los intereses de demora.
Cuál es la sanción por no presentar la declaración de la renta
La multa de Hacienda por no hacer la renta cuando estabas obligado a declarar dependerá de tu buena fe. Si eres tú quien detecta el fallo y lo subsana, la sanción será mucho menor que si es la propia Agencia Tributaria lo hace y debe avisarte.
La cuantía de la sanción por no presentar el IRPF también aumentará cuanto más tiempo haya pasado. Además, el propio resultado de la declaración hará que Hacienda te multe o te sancione.
Siempre es mejor presentar la declaración fuera de plazo que esperar a que Hacienda te la reclame
Si eres tú quien informa a Hacienda del error
¿Qué pasa si no hago la renta porque no sabía que estaba obligado y después rectifico? Como es lógico, Hacienda te sancionará, pero por fortuna será una sanción leve. El resultado de la declaración de la renta determinará cuál será tu multa o sanción.
Si el resultado era a devolver o cero. En caso de que Hacienda tuviese que ingresarte dinero, te pagará lo que marque la declaración, pero también te multará. En concreto, tendrás que hacer frente a una multa de 100 €.
Si el resultado era a pagar. En caso de que tuvieses que pagar tú a Hacienda, en lugar de una sanción te enfrentarás a un recargo. Primero tendrás que hacer la renta normalmente y, sobre la cantidad que te tocaba pagar, el fisco aplicará un porcentaje de recargo adicional. Ese porcentaje va aumentando en función del tiempo que tardes en hacer frente a tus obligaciones desde que termina el plazo legal para hacerlo.
Retraso en la prestación
Recargo
Hasta 3 meses
Recargo del 5 % sin intereses de demora ni sanción
3 y 6 meses
Recargo del 10 % sin intereses de demora ni sanción
6 y 12 meses
Recargo del 15 % sin intereses de demora ni sanción
Más de 12 meses
Recargo del 20% sin sanción pero con intereses de demora.
Si es Hacienda quien reclama la omisión de la declaración
Hacienda quiere que los ciudadanos cumplan con sus obligaciones fiscales por su propia cuenta, aunque sea tarde. Por eso, si tiene que reclamar, las consecuencias económicas son mayores. La sanción por no hacer la renta cuando recibes un requerimiento de Hacienda también dependerá del resultado del IRPF, pero siempre será mayor que cuando eres tú quien informa.
Si el resultado era a devolver o cero. En este caso la multa será de 200 €.
Si el resultado era a pagar. Aquí es donde están las sanciones más duras. De nuevo, deberás presentar el IRPF e ingresar la cantidad correspondiente. Sobre ella, Hacienda te sancionará con entre un 50 % y un 150 % de la deuda, dependiendo del perjuicio económico al erario público, la gravedad del ocultamiento (no es lo mismo olvidarte con una declaración normal que hacerlo porque tenías operaciones en bolsa por las que pagar) y de si has cometido otras infracciones tributarias.
En este caso, Hacienda prima que pagues pronto y sin reclamar. Si pagas dentro del periodo voluntario podrás aplicar una reducción de 25 %. Ese periodo voluntario es de un mínimo de cinco días. En concreto, si la notificación se realiza entre el día uno y el 15 del mes, tendrás hasta el día 20 para pagar. Si llega más tarde, tendrás hasta el día 5 del mes siguiente.
Recuerda que Hacienda dispone de cuatro años para revisar cualquier declaración de la renta
Este periodo empieza a contar desde que termina el plazo para hacer la renta
Qué pasa si presento la declaración fuera de plazo
El plazo para presentar la declaración de la renta comienza en abril y termina normalmente el 30 de junio y puede extenderse a julio si el 30 cae en domingo. Aunque hay casi tres meses para hacer y presentar el IRPF, es muy habitual dejarlo para el último momento y después darte cuenta de que se ha pasado el plazo.
Como hemos visto, si presentas la declaración fuera de plazo es posible que tengas que asumir las sanciones correspondientes. En cualquier caso, no debes preocuparte en exceso. Siempre es mejor cumplir con tus obligaciones fiscales que esperar a que Hacienda te las reclame.
Además, Hacienda suele ser dadivosa cuando se presenta la renta solo unos días tarde. En esos casos lo más habitual es que no haya sanción de ningún tipo.
Cómo presentar la renta fuera de plazo
Si es tu caso, presentar la declaración de la renta fuera de plazo es muy sencillo. Basta con acceder al programa de ayuda Renta Web y presentarla como lo harías si todavía estuvieses en plazo. Si después hay sanción, será Hacienda quien la añada o te la notifique.