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11 mitos sobre la declaración de la renta
Una mentira repetida mil veces puede llegar a percibirse como verdad, aunque no lo sea. Esto es algo que pasa con muchas de las dudas fiscales recurrentes, cuya respuesta en el imaginario popular no tiene nada de cierta. Por eso es importante desmontar algunos de los mitos sobre la declaración de la renta más habituales:
Si haces la renta un año, tendrás que hacerla siempre Nada más lejos de la realidad. Presentar la declaración de la renta un ejercicio no te obliga a hacerlo los siguientes. La obligación de presentar el IRPF es independiente en cada ejercicio. De hecho, tiene lógica que sea así, porque tus circunstancias pueden cambiar de un año a otro. Si pides el borrador, debes presentar la renta Este es uno de los mitos de la renta más extendidos, pero obtener el borrador no te obliga a presentarlo. El borrador es únicamente una esbozo de cómo Hacienda entiende que puede ser tu declaración de IRPF; si cumples los requisitos para no tener que presentar la renta y el resultado del borrador no te interesa, puedes ignorarlo. Lo que ponga el borrador es lo correcto Uno de los errores más habituales al hacer la renta es confirmar el borrador sin mirarlo, dando por sentado que lo que ponga el borrador estará bien, que los datos que tiene Hacienda son los correctos.

El borrador de la renta es sólo una estimación de cómo sería tu declaración con la información que la Agencia Tributaria tiene sobre ti y sobre tus ingresos. Esta información no tiene por qué ser ni completa ni correcta. Puede que falten ingresos por declarar, que tu información personal y familiar esté desactualizada o que no se hayan incluido deducciones a las que tengas derecho.

Por eso es muy importante revisar y modificar el borrador si es necesario antes de confirmarlo.
Si Hacienda no lo sabe, mejor no decírselo Esta leyenda fiscal es una extensión de la anterior. Si no aparece en el borrador es que Hacienda no lo sabe. Y si Hacienda no lo sabe, mejor ‘callárselo’ para no contradecirle.

Esto en realidad es fraude y puede tener consecuencias en forma de declaraciones paralelas, sanciones y recargos cuando la AEAT termine detectándolo (recuerda que tiene cuatro años para hacerlo). Tanto si es a tu favor como si es a favor de la Agencia Tributaria, lo mejor es incluir toda la información pertinente.
Mejor no hacer la declaración si no estás obligado Detrás de esta falsa creencia se esconde también la pereza de tener que enfrentarse a la declaración de la renta. La mayoría de personas percibe la renta como algo complicado, difícil de entender y que es mejor evitar.

Sin embargo, presentar la declaración de la renta es muy sencillo incluso si es tu primera vez. Además, puede que te encuentres con la agradable sorpresa de que, aunque no estés obligado a presentarla, te salga a devolver. Y si sale a pagar y no estás obligado, simplemente, no la presentes.
Si has trabajado para más de una empresa, vas a pagar más Esta es una creencia muy extendida que tiene que ver principalmente con las retenciones de IRPF. Tener dos pagadores no hará que pagues más en la declaración de la renta, incluso si cambias de tramo fiscal.

Lo que sí puede suceder es que, si las empresas no te han practicado correctamente las retenciones en la nómina, el resultado en la renta sea a pagar, pero porque te han retenido menos de lo correspondiente a lo largo del año.
Si estás en paro, no hay que hacer la renta Esta es uno de los mitos de la renta más peligrosos. El paro no está exento de tributar en la declaración de la renta. Para el IRPF, el paro es lo mismo que tu salario: ambos son una renta del trabajo.

Además, como el Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE) tiene consideración de pagador, el año que te quedas en paro para Hacienda será como si hubieses tenido dos pagadores, y eso afectará a tu obligación de declarar.
Si ha estado en ERTE, tienes que hacer la declaración No necesariamente. Si has estado en ERTE es más probable que estés obligado a presentar la renta, porque el SEPE se considera un segundo pagador, lo que reduce el límite para no estar obligado a hacer la declaración de la renta. Pasa de 22.000 € anuales a 14.000 €, siempre que hayas cobrado más de 1.500 € del segundo y siguientes pagadores.

Sin embargo, es posible que hayas cobrado el ERTE este año y no superes esos umbrales, en cuyo caso no estarías obligado a presentar la declaración.
Si ganas menos de 22.000 €, no tienes que declarar La mayoría de contribuyentes tiene esta cifra marcada a fuego, pero es otro de los mitos de la renta. Es verdad que, si has ganado menos de 22.000 € de un solo pagador, no estás obligado a presentar el IRPF. Sin embargo, esta no es la única razón por la que puedes estar obligado a hacer la renta.

La más habitual es tener más de un pagador y haber cobrado más 1.500 € del segundo y siguientes pagadores, en cuyo caso el límite se reduce a 14.000 €, pero hay otros ingresos a considerar. Por ejemplo, si has tenido rendimientos del capital mobiliario o ganancias y pérdidas patrimoniales superiores a 1600 €, o si has obtenido más de 1000 € de rentas inmobiliarias imputadas, subvenciones, actividades económicas… entre muchas más.
Los menores no hacen la renta La edad no es un impedimento para hacer el IRPF. Los menores de edad tienen que presentar la declaración de la renta cuando sus ingresos llegan a los mínimos establecidos (22.000 € anuales de un solo pagador, etc.) como si fueran un adulto. En este punto, Hacienda también tendrá en cuenta los movimientos de los fondos o acciones contratados a nombre de los pequeños.

Por otro lado, si el menor ha obtenido rentas inferiores a 8000 € y se incluye en una declaración conjunta, esas rentas deben incorporarse a la declaración. No obstante, mientras gane menos de esa cantidad, los hijos dan derecho a aplicar el mínimo por descendientes hasta los 25 años, aunque no se haga declaración conjunta.

Lo único que hay que tener en cuenta es que, si hace la renta por su cuenta y sus ingresos superan los 1800 €, no podrás incluirlo dentro de la unidad familiar ni aplicar el mínimo por descendientes.
Si haces antes la declaración, cobras antes El momento en el que hagas la declaración de la renta no influye en el tiempo que Hacienda tarda en pagar. Como norma general, la Agencia Tributaria realiza el ingreso en un plazo de 15 días desde que presentas el IRPF, salvo que realice alguna comprobación adicional. Legalmente tiene de plazo hasta el 31 de diciembre; si se retrasa más, te pagará intereses de demora.

En cualquier caso, falso que el Estado se quede sin dinero si tardas en hacer la renta y que por eso retrasa los pagos.
En definitiva, debes desterrar estos mitos sobre la renta de tu cabeza. Así afrontarás mucho más tranquilo la declaración de IRPF.
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