Tienes que realizar el pago de una matrícula para una formación. Has de formalizar la reserva de un apartamento para tus próximas vacaciones y lo haces mediante una transferencia bancaria. En estos y en otros muchos casos, se te pedirá un justificante bancario que avale que has realizado con éxito dichas operaciones.
Pero, ¿qué es exactamente este documento que te están pidiendo?
¿Qué es un comprobante bancario y qué datos contiene?
Un comprobante bancario es, básicamente, el papel que justifica que has realizado un ingreso o transferencia desde tu cuenta a otra.
Se trata de un documento que emite tu entidad financiera. En él deben figurar tus datos como titular de la cuenta; es decir, tu nombre y apellidos, los datos relativos a tu cuenta y la fecha en la que se ha realizado una operación determinada.
Además, el comprobante bancario también puede tener otro tipo de información, como tu DNI, el saldo, la cantidad de dinero que se ha transferido…
¿Para qué sirve un comprobante bancario?
Este documento sirve como prueba de que, efectivamente, se ha realizado la operación. Como decíamos al principio, muchas veces se nos pide que enviemos un justificante de que hemos hecho una transferencia para pagar un producto o servicio. El comprobante bancario da fe de que, efectivamente, se ha tramitado esa orden de pago.
Hay que tener en cuenta que estos movimientos de dinero entre cuentas no son siempre inmediatos y que, dependiendo de las entidades financieras, pueden pasar varias horas o días entre que el emisor aprueba una transferencia y el destinatario la recibe. El comprobante bancario es la prueba de que ese dinero llegará, antes o después, a su destino. Permite, por tanto, avanzar con el resto del proceso y garantizar que la operación se va a realizar.
Un comprobante bancario también es el recibo que un TPV emite cuando pagas con tarjeta o cuando utilizas un cajero automático para extraer dinero.
¿Es peligroso que otras personas vean mi comprobante bancario?
Como explicamos antes, el comprobante bancario tiene muchos datos, algunos de ellos de carácter personal: nuestro nombre y apellidos, nuestro DNI, nuestro número de cuenta… e, incluso, la cantidad de dinero que tenemos en cuenta o el importe de la operación.
Por eso, lo recomendable siempre es que este comprobante bancario no caiga en manos de terceros, con el fin de evitar que se pueda hacer uso de todos estos datos y toda esta información para usos delictivos.
La recomendación es destruir y eliminar todo tipo de comprobante bancario antes de deshacernos de él, de manera que evitemos que esta información pueda utilizarse maliciosamente. Es decir, que si hacemos una operación en un cajero automático o a través de un TPV, no deberíamos hacer una bola con ese papel y arrojarla a cualquier papelera. En lugar de eso, deberíamos destruir ese resguardo por varios sitios y, a ser posible, tirarlo en la basura de nuestra casa.
Posibles estafas y timos con el comprobante bancario
Hay que tener en cuenta que los delincuentes pueden valerse de esta información y de otra recogida por otras vías para intentar engañarnos y hacerse pasar por nuestra entidad financiera. Para ello, utilizarán estos datos reales, que nosotros les hemos proporcionado de manera inocente. Con ellos, los posibles estafadores harán que su mensaje sea creíble, ya que tendrán datos de operaciones que hemos hecho nosotros y que, en teoría, solo sabe también el banco.
Una vez que se han ganado nuestra confianza, los delincuentes podrían solicitar nuestras claves secretas y, con ellas, realizar todo tipo de operaciones monetarias, como transferencias de alto importe de nuestro dinero a sus cuentas bancarias.
Estos mensajes fraudulentos suelen enviarse a través del correo electrónico (es una estafa que se conoce como phishing ), pero cada vez es más frecuente que se usen medios más tradicionales, como el SMS, para intentar engañarnos.
