La pandemia ha supuesto un salto adelante hacia la digitalización en todas las áreas de la vida y la economía, incluyendo la monetaria. Diferentes gobiernos de todo el mundo trabajan en fórmulas para digitalizar sus medios de pagos y, de paso, hacer frente a las criptodivisas. La solución de la Unión Europea (UE) y el Banco Central Europeo (BCE) tiene nombre propio: euro digital.
¿Qué es el euro digital y por qué es necesario?
El euro digital no es una nueva divisa, ni siquiera un criptoactivo, por más que pueda usar la tecnología blockchain, algo que todavía está por determinar.
Hoy en día, el euro digital es solo un proyecto del BCE en sus fases iniciales. Con esta iniciativa, el BCE pretende crear una versión electrónica del euro, que seguiría siendo de curso legal y garantizada por el organismo oficial. En otras palabras, una respuesta a los medios de pago alternativos fuera del sistema monetario tradicional.
La tendencia hacia la digitalización ha propiciado la aparición de medios de pago digitales como PayPal o Bizum, que permiten transferencias inmediatas entre bancos, y otros alternativos como las criptodivisas, que operan fuera del sistema y permiten transacciones anónimas y no rastreables.
El euro digital es la respuesta del Banco Central Europeo ante la digitalización de los medios de pago
No se trata de una divisa ni un criptoactivo, sino el equivalente digital del euro en efectivo
Son precisamente esas monedas virtuales y el abanico de posibilidades que abren una de las cuestiones que preocupa al BCE. ¿Qué pasaría si un proyecto como la moneda virtual de Facebook tiene calado y empiezan a usarla sus más de 2.000 millones de usuarios de todo el mundo? En otras palabras, ¿y si una parte importante de los europeos deja de usar el euro y se cambia a las monedas digitales?
Por un lado, restaría mucha fuerza al BCE y a la eficacia de sus políticas monetarias. Por otro, esa influencia monetaria quedaría en manos privadas.
Esa es una de las razones de la creación del euro digital, una solución ante la creciente digitalización monetaria. Otro motivo es que, en un entorno de reducción del uso del dinero físico, las personas menos familiarizadas con la tecnología y los grupos y países no bancarizados correrían riesgo de exclusión.
A esto hay que añadir que, si el dinero en efectivo deja de ser de uso general, imprimirlo y distribuirlo podría no ser asumible desde un punto de vista económico.
Diferencias entre el euro digital y el dinero en efectivo
El objetivo del BCE es que ese euro digital sea simplemente el equivalente digital del efectivo. Así de simple. No se trata de un instrumento para terminar con el dinero en efectivo, sino de dotar al sistema de un medio de pago alternativo, un dinero electrónico que siga siendo manejado y gestionado por la autoridad monetaria.
Desde el propio BCE recuerdan que “un euro digital seguiría siendo un euro”, sería una forma electrónica de dinero emitido por el Eurosistema (el BCE y los bancos centrales nacionales) que todos los ciudadanos y empresas podrían utilizar —como los billetes, pero en formato digital—“. Por eso recalcan que “no sustituirá al efectivo, sino que lo complementaría”.
Además, ayudaría a mejorar la inclusión bancaria. Gracias a él se podrá abrir un depósito directamente con el BCE, fuera del sistema bancario, como hacen las monedas digitales. Desde la entidad aseguran que gracias a él los ciudadanos podrán hacer sus operaciones “de una manera rápida, fácil y segura”.
¿Cuándo estará disponible el euro digital?
La decisión final sobre el euro digital se tomará a mediados de este año y su proceso de implantación podría durar entre 4 o 5 años. En otras palabras, todavía queda un largo camino por recorrer.
El euro digital no estará disponible hasta el menos dentro de 4 o 5 años
El proyecto se encuentra aún en sus fases iniciales
Para empezar, una vez se decida cómo proceder, el BCE dedicaría los siguientes 18 meses a delimitar el marco operativo y la solución técnica que utilizar. A partir de ahí, se iniciaría la fase de implementación, siempre que no haya modificaciones.
Dinero electrónico a examen: ventajas e inconvenientes del euro digital
De nuevo, desde el BCE insisten en que el euro digital no viene a sustituir al dinero físico. Es una forma de complementar el actual sistema monetario para adaptarse a la digitalización y los nuevos medios de pago. En sus propias palabras: “evitaría la dependencia de medios de pago digitales emitidos y controlados desde fuera de la zona del euro, lo que podría comprometer la estabilidad financiera y la soberanía monetaria”.
En esta línea, también han recalcado que no se trata de ningún criptoactivo, porque “los criptoactivos no son dinero del banco central. Se diferencian de éste en que sus precios son volátiles porque no tienen valor intrínseco ni están respaldados por ninguna institución fiable. Los ciudadanos podrán confiar en un euro digital tanto como en el efectivo, ya que ambos cuentan con el respaldo de un banco central”.
Desde este punto de vista todo serían ventajas por parte del euro digital. ¿Y los riesgos? El más inminente sería el impacto sobre el sector bancario. Si los ciudadanos pueden abrir un depósito o una cuenta en el propio BCE, el papel de los intermediarios financieros clásicos podría estar en entredicho, con todo lo que eso implica.
Y la realidad es que el BCE ni puede ni quiere asumir ese papel. De hecho, la primera medida que se ha planteado es limitar a 3000 € la cantidad de depósitos en el BCE para evitar un trasvase masivo del dinero en cuentas bancarias hacia el euro digital en el BCE.
Como con cualquier otro cambio de este calado, como la propia implantación de euro durante el cambio de siglo, hay un largo recorrido pendiente. La diferencia en este caso es que Europa no está sola. Hay otros países que trabajan en sus propias divisas digitales, con lo que habrá múltiples soluciones de las que aprender.