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Paro registrado o EPA: ¿por qué existen dos indicadores para medir el desempleo en España?
Forman parte de la población activa y aunque no están realizando una actividad económica, buscan trabajo y se hallan en condiciones para trabajar. Son los parados. Su medición es bastante compleja, pues entran en juego numerosos factores. Para ello, existen dos estadísticas: la Encuesta de Población Activa (EPA) del INE y el paro registrado que ofrecen los Servicios Públicos de Empleo (antiguo INEM).

Sirven para medir lo mismo, aunque lo hacen de manera distinta y casi nunca coinciden. Acabamos 2017 con 3.766.700 personas paradas, según la EPA del cuarto trimestre del año pasado, y terminamos 2017 con 3.412.781, según el paro registrado. Haciendo una simple resta, el resultado difiere en 353.919. Pero, ¿qué criterios utiliza cada uno para su medición y a qué se debe esta diferencia?
Qué es y qué mide la EPA La EPA es una encuesta realizada a unos 60.000 hogares para obtener datos de la fuerza de trabajo y de sus diversas categorías, así como de la población ajena al mercado laboral (inactivos), es decir, aquellos que no trabajan pero tampoco están buscando un trabajo de forma activa, como estudiantes o prejubilados.

La EPA sigue criterios internacionales definidos por la Organización Internacional del Trabajo (OIT). La metodología incluye a población parada entre 16 y 74 años que no tiene trabajo en la semana anterior a la de la encuesta, que ha buscado empleo activamente en las cuatro semanas anteriores a la entrevista y que está disponible para trabajar en el plazo de las dos semanas siguientes.

Se publica trimestralmente a finales de los meses de enero, abril, julio y octubre y ofrece una información detallada y enriquecida sobre las condiciones y circunstancias de la población activa.
Qué es y qué mide el paro registrado El paro registrado es una estadística administrativa. Comprende al conjunto de personas desocupadas que están inscritas en las oficinas públicas de empleo en demanda de trabajo el último día del mes, excluyendo aquellas que no tienen disponibilidad inmediata para trabajar o que ya son beneficiarias de alguna prestación por desempleo, además de estudiantes y parados que solo aceptarían empleos con una jornada semanal de más de 20 horas y más de tres meses de duración.

Se publica el segundo día hábil de cada mes, de manera que es una estadística mucho más actualizada y periódica que la que ofrece la EPA. Junto con el paro registrado, se publica el número de afiliados a la Seguridad Social, que complementa el dato con el número de nuevos cotizantes registrados en el período de análisis.
Diferencias entre EPA y paro registrado Se realizan con criterios bastante diferentes. Mientras el paro registrado es un registro administrativo y objetivo, la EPA es una encuesta que depende de las respuestas del entrevistado y, por tanto, abierta a cierta subjetividad.

Por otro lado, la EPA es elaborada trimestralmente por el Instituto Nacional de Estadística (INE), mientras que el paro registrado se publica de forma mensual por el Servicio Público de Empleo Estatal en base a criterios de medición que pueden cambiar.

Pero la principal diferencia entre ambas es la disparidad de criterios que existen entre ambas. Por ejemplo, no todas las personas desocupadas inscritas como demandantes de empleo en una oficina pública se clasifican como paradas en la EPA, al incumplir alguno de sus requisitos para serlo. Del mismo modo, no todos los desempleados en la EPA buscan trabajo a través de una oficina pública de empleo, así que no se contabilizarían como parados en las estadísticas del paro registrado.
Ventajas y limitaciones de la EPA y del paro registrado Son bastantes las ventajas de recurrir a la EPA, al tratarse de una encuesta aleatoria de muestra muy amplia. Está desvinculada de prestaciones, de fiscalidad o de sanciones y sus resultados son totalmente comparables con otros países de la Unión Europea, ya que utilizan una metodología estandarizada.

Por el contrario, en la EPA hay riesgo de que el entrevistado mienta o proporcione información incorrecta o inexacta. No obstante, la propia metodología intenta detectar estas respuestas erróneas para eliminarlas de la muestra en la medida de lo posible.

Por su parte, la principal ventaja del paro registrado es su inmediatez. Lo negativo es que es un dato que depende de la propensión a inscribirse, en función de los incentivos que haya para ello, y que hay colectivos excluidos que sí se tienen en cuenta en la EPA.

En definitiva, la información que ofrecen ambos registros es diferente. El paro registrado es la foto fija que se obtiene con los datos del último día del mes, mientras que los datos de la EPA se recogen a lo largo del trimestre y se ajustan estadísticamente. Ambas formas son válidas para medir la evolución del mercado laboral, aunque los expertos suelen preferir la EPA para determinar la tasa de desempleo de un país.
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