El filósofo René Descartes es, posiblemente, una de las mentes más brillantes que ha dado el mundo de la filosofía. Una de sus frases más conocidas, «pienso, luego existo», se convirtió rápidamente en uno de los elementos más importantes del racionalismo de su época que cambió por completo las bases filosóficas del momento que hemos legado.
Su teoría era bien sencilla: el ser humano vive, lo cual es cierto; y piensa, lo cual es también cierto y a partir de lo cual pueden establecerse nuevas certezas. Pues bien, al igual que el mero acto de pensar tiene una relación directa con la existencia humana, el consumo es, asimismo, consecuencia directa de nuestra existencia. Nuestro pequeño homenaje a Descartes se traduce en la siguiente frase: todos existimos, todos consumimos , que nos sirve de base para explicar uno de los indicadores económicos más importantes: la demanda agregada.
La demanda agregada: nuestro consumo cuenta
La demanda agregada es la magnitud económica que representa el gasto total que todos y cada uno de los agentes económicos realizan dentro de nuestro país. Es demanda porque representa nuestra predilección por uno u otro bien para satisfacer nuestras necesidades y es agregada porque añade el gasto de todos los agentes económicos, incluyendo hogares (C), empresas (I), el gasto del propio sector público (G) y el saldo del comercio exterior (Exportaciones (X) menos Importaciones (I) ). Matemáticamente, la demanda agregada se puede representar de la siguiente manera:
DA = C + I + G + X – M
La demanda agregada representa, por tanto, el gasto total que realizan en la economía de un país los hogares, las empresas, el sector público y los extranjeros a un nivel de precios dados. Este matiz es muy importante porque, dependiendo del nivel general de precios de un país, la demanda agregada evolucionará en una u otra dirección.
¿Cómo influyen los precios en la demanda agregada?
Los estudiantes de primer curso de economía y, en general, cualquier persona, saben cómo funciona la demanda en función del precio . Si nos suben el precio un producto y disponemos del mismo dinero, podremos comprar una cantidad menor del mismo. En sentido contrario, si el precio del producto baja y, por tanto, podemos adquirir más cantidad de ese bien con el mismo dinero, nuestra demanda aumentará.
Si esto lo extrapolamos al conjunto de la economía, tendremos exactamente lo mismo, pero en términos agregados. Cuando el nivel general de precios aumenta (inflación), el consumo descenderá y, por tanto, también la demanda agregada. Del mismo modo, si el nivel general de precios desciende (deflación), el consumo se incrementará y, por tanto, también la demanda agregada.
Sin embargo, el nivel general de precios no solo tiene efectos sobre el consumo, sino también sobre el resto de componentes de la demanda agregada. Por ejemplo, si el nivel general de precios aumenta, los extranjeros podrán comprar también menos productos de nuestro país y nuestras empresas, por tanto, exportarán (X) menos que antes.
Del mismo modo, los precios de los productos de otros países serán relativamente más bajos, por lo que las importaciones de productos del exterior (M) aumentarán. Este efecto combinado provoca un descenso de las exportaciones netas (X – M), reduciendo la demanda agregada. Lo contrario ocurriría si el nivel general de precios desciende.
Con la inversión y el gasto público sucede exactamente lo mismo. Si una empresa está pensando en reponer su maquinaria y el coste de la misma es más alto que ayer, tendrá que adquirirla a un precio mayor y quizá aplace esta decisión al futuro y continúe en funcionamiento con la misma máquina.
Como podemos observar, el sistema de precios es la principal variable que determina la demanda de todos los agentes económicos, aunque no es la única. Otros factores que influyen en la demanda, aunque están estrechamente relacionadas con los precios son, por ejemplo, la cantidad de dinero en circulación, los impuestos o el nivel de renta de los hogares.
¿Cómo se mide la demanda agregada?
Llegados a este punto, estoy convencido de que ya sabéis cómo se mide la demanda agregada. Si todavía no es así, la ecuación matemática del primer párrafo puede dar una buena pista para adivinarlo. Sí, efectivamente, La demanda agregada coincide con el cálculo del PIB a precios de mercado .
Pensemos en los bienes y servicios que una economía produce en un ejercicio determinado para satisfacer las diferentes necesidades y demandas. Estos productos se pueden producir dentro de nuestro país o en el exterior y demandarlos en el interior de nuestro país o en el exterior. Además, nuestra producción puede servir para que otros países satisfagan sus necesidades.
En este sentido, la producción de un país contribuye al PIB en la medida en que puede satisfacer las demanda de los agentes económicos. Por este motivo, es también parte de la demanda agregada y, por tanto, puede ser consultada en los diferentes boletines de Contabilidad Nacional proporcionados por el Banco de España o por el Instituto Nacional de Estadística (INE).
En definitiva, cada vez que vayas de compras, estarás aportando tu granito de arena a aumentar la demanda agregada y, en definitiva, la producción de todo el país.