Las cargas de la vivienda son las obligaciones económicas que pesan sobre la vivienda y que se transmiten al comprador cuando compra la casa. Antes de realizar la compra hay que comprobar estas cargas para evitar que la operación no pueda realizarse.
Cómo saber si una casa tiene cargas
La forma de comprobar la existencia de cargas en una vivienda es a través de la nota simple que se pide en el Registro de la Propiedad donde aparece toda la información de la vivienda. Existen diferentes tipos de cargas que deben inscribirse en el registro:
Hipoteca es la carga más habitual que puede tener una vivienda cuando la compramos si el anterior propietario pidió un préstamo hipotecario para su adquisición. La hipoteca debe ser cancelada antes de que el nuevo comprador adquiera la casa, aunque también exista la opción de subrogarse a una nueva hipoteca.
Embargos judiciales. Se produce cuando el vendedor tiene los bienes embargados como garantía para el pago de una deuda. En este caso hay que cancelar el embargo para que el comprador no se vea afectado o bien el comprador puede hacerse cargo de la deuda descontándola del precio de la casa.
Arrendamientos. Si la casa esta alquilada cuando se vende, el comprador debe mantener al inquilino hasta que finalice el contrato de alquiler.
Usufructo y servidumbre. Estas cargas afectan al uso de la casa, no a la propiedad. Cuando la vivienda está afectada por estas cargas, su uso está limitado hasta que se extinga la carga.
Las deudas de la comunidad y los impuestos municipales
Existen otras cargas que pueden afectar a la vivienda pero que no se inscriben en el Registro de la Propiedad, como son las deudas con la comunidad de propietarios y los tributos municipales.
Antes de firmar la compra de la casa hay que asegurarse de que el vendedor no tiene deudas con la comunidad de vecinos, porque si tiene deudas, pasan al nuevo propietario. Para saber si está al corriente de pago, hay que pedir un certificado al presidente o administrador de la comunidad.
En cuanto a los impuestos municipales, la principal carga se refiere al IBI (Impuesto de Bienes Inmuebles) que se debe pagar anualmente. También en este caso, si el vendedor no ha pagado el impuesto, la deuda pasa al nuevo propietario. Es necesario pedir al Ayuntamiento los justificantes de pago para comprobar que está al corriente.
En el caso de la plusvalía municipal y el ITP (Impuesto de Transmisiones Patrimoniales) si no se han pagado, pasan al comprador si se originaron en los dos años anteriores.
Recuerda que siempre hay que comprobar las cargas que pueden pesar sobre la vivienda antes de firmar la compra para no hacerte cargo de las deudas del vendedor.